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viernes, abril 02, 2010

Cómo mantener una buena reputación on line

Las personas se labran una reputación en la sociedad según sus actos y palabras en público. El boom de Internet y la participación de los ciudadanos en multitud de sitios web y redes sociales ha evidenciado más este hecho, al tiempo que sirve de memoria indeleble, gracias a los buscadores y sus memorias caché, que guardan para siempre cualquier dato que se publique. Por ello, es conveniente ejercer un control sobre la reputación digital, tanto para aumentarla como para evitar disgustos.

Mientras en la vida real los comentarios caducan, la información que se publica en Internet en relación a una persona permanece en la Red, a disposición de cualquiera y sin importar el lapso de tiempo que haya pasado desde que se produjo el acontecimiento.

Hasta la aparición de la Web, los medios impresos (periódicos y revistas) interpretaban un papel similar para configurar la reputación de alguien. La búsqueda en hemerotecas devuelve gran cantidad de datos sobre cualquier tema. En el mismo sentido actúan la radio y la televisión, aunque sus características inherentes no favorecen que la gente grabe sus contenidos.

En Internet los contenidos persisten

Todo la información que se publica en Internet en relación a una persona permanece en la Red a disposición de cualquiera y sin importar el paso del tiempo
Uno de los enemigos de la buena reputación de una persona es la publicación de datos falsos o erróneos, ya sea con intenciones aviesas o por simple confusión. En el caso de los medios impresos tradicionales, si se equivocan y son conscientes de ello o el lector reclama, la costumbre generalizada lleva a publicar una fe de erratas. Lo mismo sucede en caso de sentencia judicial contra un medio de comunicación.

Sin embargo, aunque se pueda emplear el mismo mecanismo en muchos medios de Internet o blogs, se deben tener en cuenta diversos factores, propios de la Red, como la facilidad con que la información se extiende de blog en blog, en "copia y pegas" o mediante enlaces que comentan la noticia. Esto provoca que en los buscadores se pueda encontrar en primer lugar la información difamatoria, o errónea, por aparecer en más sitios, que la rectificación oportuna, que se puede extender en menor medida.

Por otro lado, los buscadores, para facilitar su trabajo, almacenan copias de las páginas web en sus servidores. Esto provoca que aunque el sitio original borre los contenidos o se disculpe, siempre habrá una forma de encontrar esa información. Sobre todo con servicios como Archive.org, que permiten bucear en el pasado de los sitios, como si fuera una gigantesca hemeroteca de la Red.

Perfiles y medidores de popularidad

Algunos sitios se dedican a recopilar la información que los usuarios comparten en Internet para conformar perfiles personales. Un ejemplo es 123People, que cuenta con un buscador donde localizar información sobre cualquier persona, o ZoomInfo. Si no se desea aparecer en estos sitios, lo más sensato es restringir las aportaciones en público vinculadas al nombre real de la persona y utilizar seudónimos.

Por otro lado, con el auge de las redes sociales, muchas personas tratan de recolectar contactos como si así consiguieran mayor prestigio y reputación. Sitios como Facebook limitan el número de contactos máximos a 5.000 personas, mientras que otros como Twitter no los restringen. Esto permite a personajes populares, como actores, deportistas o políticos, congregar audiencias de millones de personas atentas a sus tweets.

Esta pasión por recolectar contactos, y el éxito que tienen los listados en Internet, ha provocado que surjan varias clasificaciones según el número de seguidores. Unos se centran en contabilizar los seguidores, como Twitterholic o We Follow, que realiza clasificaciones por ciudades y profesiones de los usuarios de Twitter, y Soy Follower, que sigue el mismo esquema que We Follow pero con mayoría de usuarios hispanohablantes.

Twitter Gader y Alianzo se diferencian porque su clasificación considera distintos factores (como los retwitts o la diferencia entre el número de seguidos y seguidores). En el caso de Alianzo, se abre la posibilidad a sus usuarios de decidir qué importancia se concede a cada uno de los factores. Por otro lado, Listorious recopila las listas de Twitter que más seguidores congregan y toma nota de las personas que más aparecen en estas selecciones. En los retwitts se centra Retweet Rank, que señala a las personas cuyos mensajes se reenvían dentro de la red del microblogging.

En originalidad gana The Whuffie Bank, una organización sin ánimo de lucro que introduce la información que recopila de Twitter en una especie de juego bancario. El sitio crea una clasificación de la reputación, en la que tiene en cuenta factores como el número de "retwitts" (reenvíos de mensajes), quién los efectúa (por su número de seguidores) y si el reenvío se realiza de un contenido que sólo tenga texto (lo más valioso según ellos) o incluye un enlace. Con esta combinación otorga un sueldo mensual, en moneda ficticia. Los usuarios del sitio pueden compartir su "riqueza" con otras personas


¿Son fiables las empresas que limpian reputaciones?

Ante el problema que supone que se publiquen datos falsos sobre una persona o datos que no interesan a las empresas, han surgido compañías que anuncian ser capaces de limpiar la reputación de una persona. Sin embargo, este objetivo es muy difícil de conseguir, dada la naturaleza descentralizada de Internet y puesto que los buscadores no regulan el contenido de la Red.

Los buscadores sólo se limitan a referir o indexar los datos que rastrean sus robots y que empresas o personas han publicado en sus respectivos sitios web o blogs. De esta manera, la baza de estas empresas consiste en que los resultados negativos no aparezcan en las primeras páginas de los buscadores para intentar disimularlos, pero una búsqueda concienzuda desvelará la información que se quiera ocultar.

Los nuevos SMS Premium

Los números cortos de móvil, también conocidos como SMS Premium, resultan habituales en los programas de televisión y radio para incentivar la participación de los espectadores u oyentes, además de utilizarse como forma de micropago en Internet. Ahora bien, estos mensajes cuestan mucho más que los SMS convencionales. A finales del pasado noviembre, entró en vigor una normativa cuyo objetivo es evitar que los consumidores gasten en exceso y garantizar que, si lo hacen, sepan bien cuánto invierten.

Uno de los grandes problemas de los SMS o MMS Premium era la falta de información clara sobre el precio de cada mensaje. En muchos casos, los consumidores desconocían a cuánto ascendía. El sistema impulsado por el Ministerio de Industria y Comercio quiere facilitar la identificación del coste de cada tipo de SMS Premium a partir de sus dos o tres primeras cifras.

Los números de cinco cifras que comienzan por 25, 27 y 28 indican que el mensaje tendrá un coste máximo de 1,20 euros. Entre estos, se debe diferenciar los números que empiezan por 280, que se destinan a campañas para recaudar fondos para proyectos solidarios o de beneficencia, como en fecha reciente ha ocurrido con el desastre natural de Haití, y tienen una fiscalidad distinta.

Los números encabezados por un 2 se reservan para mensajes ocasionales, en participaciones puntuales en concursos o en pequeñas compras. Cuando se quiere comercializar un servicio de suscripción, como las alertas de noticias o de tonos para el móvil, se debe recurrir a los números de seis cifras que comienzan por 795 ó 797. En estos casos, el precio tampoco supera los 1,20 euros.

En cambio, se debe prestar atención a los números de cinco cifras que comiencen por 35 o por 37, porque el precio superará 1,20 euros y podría llegar a un máximo de seis euros por cada SMS. Los de seis cifras reservados a contenidos para adultos, que se inician por 995, 997 ó 999, alcanzan también un coste máximo de seis euros.

Otros números cortos muy conocidos son los de información telefónica, que comienzan con el popular prefijo 118 y se completan con otras dos cifras. Las tarifas son muy variables y dependen de cada servicio y del propio operador desde el que llama el usuario.


Coste exacto y derecho a desconexión
Para prevenir sustos en la factura del teléfono, la nueva regulación obliga a los operadores a informar del coste máximo del mensaje en toda publicidad que hagan de él y a enviar al usuario un mensaje que indique el gasto exacto, así como el nombre de la empresa que lo proporciona y su número de teléfono de atención al cliente।


Si el coste del mensaje se eleva por encima de 1,20 euros, el usuario tiene que confirmar que quiere el servicio mediante un SMS gratuito. En caso de no responder, la normativa exige a las operadoras que entiendan que no quiere participar, sin obligarle a enviar un mensaje que explicite su postura. En servicios de suscripción, la empresa debe informar al consumidor en todos los casos sobre cómo darse de baja.

La regulación también impide la práctica de solicitar dos o más mensajes para proporcionar el servicio, una triquiñuela que se llevaba a cabo sin avisar al consumidor de que hacía falta más de un SMS para obtener el servicio. Esto se había convertido en habitual, sobre todo, en el caso de comprar tonos para el teléfono móvil o participar en concursos de televisión.

Del mismo modo, como estos números Premium se emplean con frecuencia en Internet para tomar parte en concursos o en votaciones, la nueva normativa obliga a las operadoras de telefonía a permitir desconectar el servicio a los usuarios que no lo deseen. De esta manera, los padres se pueden asegurar de que sus hijos no gasten dinero en este tipo de comunicación.

No se puede cortar la línea

La regulación también cubre la posibilidad de que el usuario reciba una factura de consumo telefónico desproporcionada debido a envíos de mensajes SMS Premium. En caso de que proteste por considerarla errónea y se niegue a pagar el coste total, la operadora de telefonía móvil no puede cortar la línea si el cliente abona la parte proporcional de los mensajes que cubra el gasto de la operadora, algo que puede aproximarse al coste convencional de un mensaje de texto. En este caso, la compañía telefónica sólo podría cortar el acceso a los números Premium como mayor castigo.

Por otro lado, el Código de Conducta aprobado en junio de 2009 para los operadores de este servicio recoge inhabilitaciones de hasta un año de duración en caso de incumplir estas obligaciones. Entre las causas que provocan estas sanciones destacan el envío de mensajes no solicitados, es decir, el spam aplicado a la telefonía móvil.


Otros números cortos
Además de los números destinados a SMS Premium y los de información telefónica, otros se dirigen a servicios básicos, en general, gratuitos. El más característico es el 112, reservado para emergencias en toda la Unión Europea. Se puede marcar incluso en teléfonos móviles que no tengan insertada una tarjeta SIM. Tampoco tienen costes los números de las policías autonómicas (088), bomberos (080 ó 085) o protección civil (1006), ni las llamadas al departamento de atención al cliente de las diferentes compañías telefónicas, que tienen cuatro dígitos.


Otros, en cambio, se cobran como los números convencionales, con tarifas diferentes según cada caso. Aquí se encuadran los teléfonos de la Policía Nacional (091 ó 092), la Guardia Civil (062) y los servicios de información de cada ayuntamiento (010 y 012). Un caso distinto lo conforman los números que se marcan antes que el real para realizar diferentes tareas. En las líneas fijas, el 067 seguido del teléfono oculta el número al destinatario, algo que se realiza con #31# en los terminales móviles. También se puede seleccionar el operador con el que se realiza la llamada (siempre que se haya firmado contrato con otra compañía por este servicio) a través de prefijos de 4 ó 5 cifras que empiezan por 103, 104, 105 ó 107
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